Las iglesias cristianas asentadas en Cuba se han movilizado a lo largo y ancho de la isla para proporcionar asistencia a los damnificados por el huracán Melissa, a la vez que organizan campañas de recolección de alimentos y enseres.
“Mandamos un camión con 200 cajas de MannaPack, es arroz vitaminado, que trae 35 raciones cada caja, para Guantánamo y 30 cajas para Camagüey, 35 para Granma. Mandamos aceite también de oliva, harina de trigo, azúcar blanca. Esto no solamente para la iglesia, sino para repartir en la comunidad según necesite la gente. Estamos esperando que alguien nos envíe algún otro tipo de alimento para mandarlo para allá”, detalló a Martí Noticias el Pastor Eduardo Otero, de la Iglesia de Dios en La Habana.
“Ahora mismo la carretera está un poquito congestionada porque hay muchos postes de teléfono y de luces caídos. No está 100 por ciento la vía abierta. Después queremos mandar algunas tejas y otras cosas”.
A pesar de que la Constitución cubana reconoce la libertad de conciencia y religión, en la práctica, el Partido Comunista de Cuba (PCC), a través de su Oficina de Asuntos Religiosos y el Ministerio de Justicia, controla la mayoría de los aspectos de la vida religiosa en el país.
Miembros de la Iglesia Metodista entregan alimentos y otros productos de primera necesidad a evacuados por el huracán en el oriente de la isla.
El régimen mantiene un estricto control, implementando restricciones acompañadas de represión sobre las iglesias protestantes y otras comunidades religiosas en Cuba.
En este sentido, el Pastor Otero indicó que han podido sortear los obstáculos impuestos por las fuerzas represivas: “Siempre hay que bordear, hay que encontrar la forma de llegar”.
En Palma Soriano, el Pastor Lorenzo Rosales Fajardo, un preso político excarcelado en enero de este año, relató que la iglesia Monte de Sion, que encabeza, no tiene una gran feligresía, pero contribuyen con lo que pueden a aliviar a los más necesitados.
“Hemos estado ayudando a algunos hermanos con alimentos, pero, mayormente, lo que estamos haciendo, que la gente nos está agradeciendo mucho, es que tenemos una planta y estamos poniéndola para cargar los celulares a la gente, para prender algunos bombillos, porque no hay corriente, y puede ser que falte por 12 o 15 días más”.
“Con lo poco que tenemos estamos ayudando. Hemos hecho caldosas para alimentar a ancianitos, niños y personas vulnerables”, añadió.
Rosales Fajardo puntualizó que su denominación está recibiendo recursos de la Alianza de Cristianos de Cuba, un grupo que denuncia la represión religiosa y social en la isla.
“Nos están ayudando y estamos dándole una ayuda a familiares de presos políticos”.
Otras iglesias, de las más de 500 registradas u operando ilegalmente, no han podido recopilar suficientes vituallas o comida para hacerlos llegar a los más desprovistos. Así es el caso de la Alianza Evangélica del Cristo, en la provincia de Santiago de Cuba, liderada por el Pastor Jorge Luis Pérez Vázquez, quien perdió el techo de una parte de su casa.
“Estamos tratando de ver cómo ayudamos a los afectados. Muchos hermanos que han perdido el techo, han perdido los muebles, colchones y equipos se les mojaron. Aquí hace hoy 10 días que estamos sin electricidad. Quisiéramos poder ayudar a los hermanos que lo han perdido todo, absolutamente todo, y están viviendo en casa de sus familiares”.
Cuatro convenciones bautistas, la Fraternidad de Iglesias Bautistas, la Convención Bautista del Libre Albedrío, la Convención Bautista Occidental y la Convención Bautista Oriental, se unieron para buscar y distribuir medicamentos y suministros médicos directamente a los miembros de la iglesia y sus comunidades.
Denominaciones bautistas en el extranjero, como la Convención Bautista de Florida, han recolectado suministros para enviarlos a las iglesias en Cuba.
En muchos casos, la ayuda se distribuye a través de las iglesias locales, asegurando que llegue directamente a quienes lo necesitan.
El Pastor Santiago, de la Quinta Iglesia Bautista de Bayamo rehusó hablar con Martí Noticias: “No quisiera dar información a usted ni a nadie que tenga que ver con su canal”, dijo a una petición de comentarios sobre la labor humanitaria que están realizando.
La Asociación Convención Bautista De Cuba Occidental, enclavada en la capital cubana, activó un Comité de Ayuda Bautista en Desastres y expresó su disposición “a ser facilitadores en la distribución de la ayuda humanitaria que el gobierno de los Estados Unidos está ofreciendo para ayudar a los damnificados por el huracán Melissa”.
Del mismo modo, destinó 1,260 cajas de arroz vitaminado donado por World Help a ayudar a los damnificados por el ciclón en Bayamo. La donación incluye ropa y calzado e insumos médicos y la distribución será coordinada con la Convención Bautista de Cuba Oriental.
También llamarán a las iglesias afiliadas a la Asociación Convención Bautista de Cuba Occidental una “ofrenda especial económica” y la recogida de donaciones destinadas a los damnificados.
Por otra parte, la percepción de la población sobre la ayuda de las iglesias cristianas varía entre la apreciación por su labor social y el escepticismo por parte de algunos sectores, pero, en todos los casos, las iglesias son vistas como una fuente importante de apoyo comunitario y moral.
Ayuda estatal: nula o muy poca
“La mayor respuesta que se puede notar es la de las personas o los ciudadanos, pero las respuestas institucionales están ausentes o son muy pobres. Han pasado por aquí personas y han dejado sus cositas”, enfatizó, desde Velasco, Holguín, el doctor Eduardo Cardet, cuya vivienda se inundó, provocándole graves pérdidas materiales.
Otra forma en que se ha recibido auxilio en Velasco es por la gestión de familiares y amigos de velasqueños, que se encuentran en el extranjero que recogen dinero, lo mandan y residentes en el pueblo compran con ese dinero, alimentos que reparten de casa en casa.
“Un acto de solidaridad y de respaldo concreto sin tanto protocolo y sin anunciar”, remarcó Cardet.
Organizaciones de defensa de los derechos humanos y religiosas han puesto en la palestra pública que el régimen ha establecido "puntos de control" y trabas para impedir que la ayuda llegue a sus destinatarios. “Personas que han intentado ingresar desde otros sitios, si el régimen los detecta, les impiden entregar la ayuda”, apuntó Cardet.
El Pastor Ramón Rigal, perteneciente a la Iglesia de Dios en Cristo en la ciudad de Guantánamo, explicó que, con el auxilio de confesiones religiosas destacadas en países de Latinoamérica y en Estados Unidos, la iglesia metodista cubana y otras denominaciones han estado aportando recursos, fundamentalmente de alimentos, a las personas que han sufrido los daños del fenómeno natural en Holguín, Santiago de Cuba y Granma.
Tras el huracán, los alimentos escasean aún más y la ayuda a los afectados es fundamental.
El gobierno cubano ha permitido recientemente que la Iglesia Católica en Cuba gestione y coordine la distribución de 3 millones de dólares en ayuda humanitaria, donados por Estados Unidos, para los damnificados.
Organizaciones internacionales, asociadas con iglesias emplazadas en territorio cubano, están aceptando donaciones designadas para la respuesta al huracán en Cuba y facilitando refugio, alimentos, agua y otros artículos de primera necesidad a los damnificados.